La pregunta que da título a nuestras XVII Jornadas, señala bien que no hay correspondencia entre aquello que el sujeto desea y aquello que quiere1, más bien al contrario -tal como el sueño de la “bella carnicera” dio pronto a conocer a Freud- el sujeto quiere tener su deseo insatisfecho. La pregunta ¿Quieres lo que deseas? abre la hiancia entre deseo y goce. Producir de nuevo esta apertura es una interpretación analítica de la pretendida unidad identitaria del sujeto. Sabemos que el sujeto está dividido entre lo que quiere y lo que desea, no obstante la cuestión de actualidad como indica E. Berenguer en su texto de presentación2, no es tanto la división significante (de semblante) sino más bien la división real del ser hablante. A este respecto no hay duda, Miller en el Scilicet X Congreso de la AMP dice:

“Hay en el ser hablante al mismo tiempo goce del cuerpo y también goce que se deporta fuera del cuerpo, goce de la palabra que Lacan identifica (…) con el goce fálico en cuanto que es disarmónico con el cuerpo. (…) el cuerpo hablante está dividido en cuanto a su goce”3.

Y también -más recientemente- en el último Congreso, Éric Laurent a propósito de la transferencia en las psicosis plantea que el Uno solo en nuestra época del Otro que no existe, fuera de tener consistencia, está barrado4. Por lo tanto la pregunta de las jornadas apunta a la división del parlêtre, una división del goce en lo real. Pero, ¿qué real? J-.A. Miller en su curso sobre los semblantes5, se pregunta expresamente qué real corresponde a la época del no-todo, para decir que es un real que existe por fuera del ser y como un imposible de soportar por el Uno. La llamada política identitaria (la inclusión social de las diferencias) es el inconsciente (contabilizar el goce disruptivo) es la política, y su imposible sería la segregación.

La orientación que nuestra colega Gabriela Alfonso6 acertadamente nos ha facilitado, sobre la rúbrica que me corresponde comentar: deseo, culpa y angustia, va en esta línea, dado que la neurosis obsesiva hace cuentas para cerrar la apertura del deseo, reducir a lo mismo la novedad de lo otro. Si la neurosis trata de cerrar la inconsistencia del Otro, en la actualidad se trataría más bien de eliminar la inconsistencia del Uno, es decir segregar al goce otro.

Para desarrollar -necesariamente con brevedad- una articulación posible entre deseo y goce, tomaré un esquema -que ha sido acertadamente indicada por la comisión de las jornadas- que consiste en introducir la angustia como elemento operador. En realidad habría dos vías tal y como plantea Lacan en su Seminario de la Angustia7: el amor (“El amor hace condescender el goce al deseo), y la angustia.

El amor es mediador porque desplaza o falsifica el objeto a, transformándolo en objeto meta; sin embargo la angustia no es mediadora sino mediana entre goce y deseo… diría que solo la angustia transforma el goce en objeto causa del deseo8.

La vía del amor es la vía del Uno narcisista, la vía de la angustia -una angustia productiva9-, nos orienta hacia lo real, y permite operar con el Uno barrado. ¿Puede la angustia vivificar al deseo en la actualidad?

 

Notas:

  1. Miller, J.-A., Introducción a la clínica lacaniana. Conferencias en España, Barcelona, ELP-RBA, , 2006, pág. 181.
  2. Berenguer, E., El deseo, en la época del Uno solo.
  3. Miller, J.-A., Scilicet. El cuerpo hablante. Sobre el inconsciente en el siglo XXI. Buenos Aires, Grama, 2016.
  4. Laurent, É., “Disrupción del goce en las locuras bajo transferencia”, El Psicoanálisis, Revista de la ELP, nº 33, Barcelona, octubre 2018.
  5. Miller, J.-A., La naturaleza de los semblantes, Buenos Aires, Paidós, 2002, pág. 111.
  6. Alfonso, G., Deseo, culpa, angustia.
  7. Lacan, J., El Seminario, libro X. La angustia, Buenos Aires, Paidos, 2006.
  8. Miller, J.-A., La angustia. Introducción al Seminario X de Jaques Lacan, Madrid, Gredos-ELP, 2007, pág. 81.
  9. Palomera, V., Intervención sobre la angustia productiva en el XI Congreso de la AMP, celebrado en Barcelona en abril de 2018. Texto inédito.

 

José Rubio, ELP, Valencia.

 

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