Citas 5
Sigmund Freud
“Proyecto de psicología” (1950 [1895]), Obras Completas, vol I, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1986.
pág. 367
“Del estado de deseo se sigue directamente una atracción hacia el objeto de deseo, respectivamente su huella mnémica, de la vivencia de dolor resulta una repulsión, una desinclinación a mantener investida la imagen anémica hostil. Son estas la atracción de deseo primaria y la defensa primaria”.
“La interpretación de los sueños”, O.C., op. cit., vols. IV y V.
pág. 142
“[El sueño] Es un fenómeno psíquico de pleno derecho, más precisamente un cumplimiento de deseo”.
pág. 160
“Donde el cumplimiento de deseo es irreconocible y está disfrazado, debió de existir una tendencia a la defensa contra ese deseo y, a consecuencia de ella, el deseo no pudo expresarse de otro modo que desfigurado”.
pág. 177
“Daremos razón de todo lo que el análisis de los sueños de displacer ha traído a la luz si modificamos como sigue: El sueño es el cumplimiento (disfrazado) de un deseo (sofocado, reprimido)”.
pág 519
“Ese es el ombligo del sueño, el lugar en que él se asienta en lo no conocido. […] Y desde un lugar mas espeso de ese tejido se eleva luego el deseo del sueño como el hongo de su micelio”.
“El sueño es un cumplimiento de deseo pues solamente un deseo puede impulsar a trabajar a nuestro aparato anímico”.
pág. 546
“El deseo que se figura en el sueño tiene que ser un deseo infantil”.
pág. 560
El sueño es en todos los casos un cumplimiento de deseo porque es una operación del sistema ICC que no conoce en su trabajo ninguna otra meta que el cumplimento del deseo ni dispone de otras fuerzas que no sean mociones de deseo”.
[Sobre los síntomas psiconeuróticos] “También ellos tiene que ser concebidos como cumplimientos de deseo de lo inconsciente”.
pág. 562
“El deseo de dormir presta su apoyo al deseo inconsciente”.
pág. 608
“En la medida en que el sueño nos presenta un deseo como cumplido, nos traslada indudablemente al futuro; pero ese futuro que al soñante le parece presente es creado a imagen y semanaza de aquel pasado por el deseo indestructible”.
¿“Debe enseñarse el psicoanálisis en la universidad?”, O.C., op. cit., vol. XVII.
pág. 169
“En cuanto a su experiencia práctica, aparte de adquirirla a través de su propio análisis, podrá lograrla mediante tratamientos efectuados bajo el control y la guía de los psicoanalistas más reconocidos”.
“Más allá del principio del placer” (1920), O.C., op. cit., vol. XVIII.
pág. 42
“La pulsión reprimida nunca cesa de aspirar a su satisfacción plena, que consistiría en la repetición de una vivencia primaria de satisfacción; todas las formaciones sustitutivas y reactivas, y todas las sublimaciones, son insuficientes para cancelar su tensión acuciante”.
“El yo y el ello” (1923), O.C., op. cit., vol. XIX.
pág. 50
“Hay personas que se comportan de manera extrañísima en el trabajo analítico. Si uno les da esperanza y les muestra contento por la marcha del tratamiento, parecen insatisfechas y por regla general su estado empeora. (…) Presentan la llamada reacción terapéutica negativa. (…) No hay duda de que algo se opone en ellas a la curación, cuya inminencia es temida como un peligro. Se dice que en estas personas no prevalece la voluntad de curación, sino la necesidad de estar enfermas”.
“El problema económico del masoquismo” (1924), O.C., op. cit., vol. XIX.
pág. 175
“Podríamos traducir la expresión ‘sentimiento inconsciente de culpa’ por ‘necesidad de ser castigado por un poder parental’. Ahora bien, sabemos que el deseo de ser golpeado por el padre, tan frecuente en fantasías, está muy relacionado con otro deseo, el de entrar con él en una vinculación sexual pasiva (femenina), y no es más que la desfiguración regresiva de este último. Si referimos este esclarecimiento al contenido del masoquismo moral, se nos vuelve evidente su secreto sentido”.
“Inhibición, síntoma y angustia” (1926 [1925]), O.C., op. cit., vol. XX.
pág. 87
“El síntoma es indicio y sustituto de una satisfacción pulsional interceptada, es un resultado del proceso represivo”.
pág. 129
“Hemos obtenido una nueva concepción de la angustia. Si hasta ahora la considerábamos una señal-afecto del peligro, nos parece que se trata tan a menudo del peligro de castración como de la reacción frente a una pérdida, una separación”.
“El malestar en la cultura” (1930 [1929]), O.C., op. cit., vol. XXI.
pág. 131
“El sentimiento de culpa no es en el fondo sino una variedad tópica de la angustia, y que en sus fases más tardías coincide enteramente con la angustia frente al superyó”.
“Conferencia 32ª: Angustia y vida pulsional” (Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis, 1932 [1933]), O.C., op. cit., vol. XXII.
pág. 79
“No es la represión la que crea a la angustia, sino que la angustia está primero ahí, ¡es la angustia la que crea a la represión!”.
pág. 99
“Hay personas que durante su vida repiten sin enmienda siempre las mismas reacciones en su perjuicio, o que parecen perseguidas por un destino implacable, cuando una indagación más atenta enseña que en verdad son ellas mismas quienes sin saberlo se deparan ese destino. En tales casos adscribimos a la compulsión de repetición el carácter de lo demoníaco”.