Finalmente, asumir que era mi deseo el que había construido el sueño, me llevó a vislumbrar que ya solo importaba un deseo -el mío sin el del Otro- y que debía tener la valentía de no retroceder frente a ponerlo en juego como “el deseo de obtener la diferencia absoluta”1 que el analista debe sostener en la experiencia analítica.

“El inconsciente es la política”2, decía Lacan cuando hablaba de la lógica del fantasma. Hoy, que empezamos a otear su última enseñanza, podríamos quizás decir que “el sinthome es la política”, la política de cada cual que lo fija a una modalidad de goce en relación a la vida, a los semejantes con los que convive y a las instituciones de las que forma parte. Hacer un uso ético del sinthome es el reto que resta más allá del fin de análisis.

 

* Artículo publicado íntegramente en El Psicoanálisis, Revista de la ELP, nº 33, Barcelona, octubre de 2018.

 

Notas:

  1. Lacan, J., El Seminario, libro 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, op. cit., pág. 165.
  2. Lacan, J., El Seminario, libro XIV: La lógica del fantasma, inédito, lección del 10 de mayo de 1967.

 

Marta Serra, ELP, Barcelona.

 

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